lunes, 6 de julio de 2015

RECUERDOS CON SABOR A CARAMELO

Siempre se dice que "tiempo pasado fue mejor", yo diría que tiempo pasado huele a chocolate y crema.
Mi infancia, dulces recuerdos grabados a fuego en mi alma. Se abre ante mí un mundo de fantasías liderado por un gordísimo Papá Noel y su inseparable bolsón de regalos; por la Cigüeña, que vuela de casa en casa dejando caer bebés en las chimeneas y por las heroínas de los cuentos de hadas perseguidas por siniestras brujas.
Mi infancia es una sonrisa provocada por travesuras y coscorrones, es un estallido de melodías que me provocan bailar sobre un brillante arco iris que desemboca en un caldero que desborda golosinas.
Sin embargo no todas son rosas en ese pasado con sabor a caramelo. Todavía persiste en mí el miedo atroz que experimenté el primer día  que asistí tomada de la mano de mi madre al Jardín de Infantes. Una mano tibia que me empujó tiernamente a los brazos de una desconocida, a la que en poco tiempo le cobré un inmenso cariño.
Infancia es para mí sinónimo de sueños mágicos, en los que siempre terminaba "comiendo perdices" con mi príncipe azul, eterno inquilino de mis aventuras románticas.
Recuerdo mis primeros años con nostalgia. A veces extraño a esa niñita inocente que creía que la única maldad que existía en el mundo, era la de las brujas y los hechiceros.Extraño las horribles trenzas con moños azules, extraño el temor inocente que sentía al escuchar la historia de Caperucita y el Lobo. Pero lo que más añoro es a ella, a mi madre y a sus alfajores de dulce de leche, y a su humeante pan casero.
¡Que reconfortante es transportarme, aunque sea por unos segundos, al regazo de esa mujer entrañable, disfrutar de su protección excepcional!. Muchas veces saco fuerzas de "esa" época feliz para seguir adelante en "esta" época, a veces dura, que me toca vivir.

2 comentarios: