lunes, 21 de septiembre de 2015

ESPERANZA, ¿TRUNCA?

"Soy un fantasma que desea lo que todos los fantasmas_ un cuerpo_ después del largo tiempo que  estuve cruzando avenidas inodoras del espacio sin vida, al no olor incoloro de la muerte".
 William Burroughs.



Sobrevuelo la ciudad. Busco un cuerpo en donde encarnar. Los hados o quien quiera que sea, me han otorgado una segunda oportunidad. La necesito para redimirme. Mi vida anterior fue un desastre. Violencia, drogas, alcohol, eran mis dioses. A ellos veneraba y obedecía.
El sexo descontrolado me cegaba, me gobernaba, me revitalizaba hasta tal punto que varias veces, bajo el influjo de una libido demencial, cometí violación..
¡Maldito sea! ¡Cuántas veces quise cambiar mi rumbo, cuántas veces intenté escapar de ese infierno que me devoraba! ¡Maldito sea, nunca lo logré! Mis fuerzas me traicionaban y caía nuevamente en un precipicio turbulento que me excitaba y destruía a la vez.
¡Dónde hallar un cuerpo puro?, ¿un cuerpo, que cual templo quiera hospedarme? Deseo conocer, experimentar, una vida limpia de vicios. Demando mi segunda oportunidad prometida.
Hace años que estoy en la búsqueda y ese cuerpo no aparece. Todos están contaminados.
La inocencia, la generosidad, la honestidad, escasean. Abundan los seres viles que luchan por el poder para someterlo a su servicio. La hipocresía es la reina absoluta.
Sin embargo, no desfallezco, estoy convencido que en algún hueco, en algún rincón, encontraré mi destino. Brego por mi segunda oportunidad, grito, aúllo por ella. Es imperioso demostrar y demostrarme que los valores que defienden la dignidad están intactos, a pesar del demonio perverso, que deslumbra al hombre para corromper su espíritu.
En esta etapa de mi existencia soy dueño de mi elección; la experiencia, maestra docta, me insta a optar por la luz. Atrás quedó la oscuridad que me seducía con su canto de sirena.
Sólo necesito hallar ese cuerpo, pero...¿dónde?.

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