jueves, 10 de marzo de 2016

DIARIO DE UNA MUJER COMO TANTAS...

Y así, de repente, una ola de recuerdos me sorprende arrastrándome hacia el pasado, un pasado latente en mi sangre, un pasado que marca mi presente, y que seguramente teñirá de experiencia mi futuro.
No creo que el pasado deba quedar en el olvido, creo que las experiencias pasadas enseñan, instruyen, evitan que volvamos a repetir errores. Las tristezas, las alegrías, el dolor profundo...las situaciones límites, los éxitos y fracasos, nos moldean, nos fortalecen. "El pasado es la otra cara de la moneda".
En una etapa de mi vida creí ciegamente en el cuento del cristianismo. Hoy, no. Sin embargo, algunas palabras del Nuevo Testamento quedaron adheridas a mi corazón porque me ayudaron a no ahogarme en el océano de la desolación.
"No te asustes en el momento de la prueba, recuerda que el oro se acrisola en el fuego".
"...derribados, mas no aniquilados..."
Esas dos citas siempre me ayudan a seguir adelante a pesar de la deseperanza o el desconsuelo.
La timidez, durante mi infancia fue una carga demasiado pesada, que sólo mi mundo de fantasía mitigó.
En mi adolescencia, fueron mis dulces dieciséis la etapa más bella y romántica. Mi primer amor...mi primer beso.
En los albores de mi juventud, mi casamiento y la enfermedad de mi padre se entrelazaron. Felicidad y amargura. Luz y sombras.
El nacimiento de mi primer hijo y la muerte de mi padre. Milagro y congoja. Luz y oscuridad.
El tiempo pasa, vuela, se me escapa de las manos...
El dolor me visitó nuevamente, me aplastó. La muerte de mi segundo hijo me quebró, me hundió en el peor de los abismos . Conocí el dolor del alma, un sentimiento atroz. Pensé que no volvería a sonreír. Me equivoqué.
El amor de mi hijo mayor y la confirmación de un tercer embarazo me devolvieron la esperanza, la voluntad de seguir luchando...
Los años continúan desgranándose. La vida, regalo misterioso, se me presenta como un inmenso espectro de acontecimientos, de sentires ensamblados en una gama de colores que van de los más oscuros a los más diáfanos. El secreto está en no anclarse en las tinieblas.
La vida es un toma y daca continuo, donde el protagonista, como el capitán de un barco, lucha por mantener la embarcación a flote. No existe tempestad capaz de destruirlo..."derribados, mas no aniquilados..."

2 comentarios:

  1. Tan Bello !! Sentir y Poder Decir !!
    Un Abrazo !!! Bendiciones en Todos tus Días !!!! Mi Amiga Escritora leerte Me Encanta !!

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  2. Si,Haydee,tienes razón, la vida es luz y sombra,como nos da,nos quita, esta en nuestra actitup de aceptarlas o dejarnos morir por el dolor, tu escrito me encanto, muchas gracias.

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